14 de octubre de 2007

del weekend

en espiral

Too much. De una conferencia-homenaje en la que nunca se habló de lo que se enunciaba en la publicidad (ya se está haciendo costumbre, no?) Pero no importa, al final eso es sólo un pretexto para celebrar a la literatura y lo que provoca en nuestras vidas. De una noche club que devino en un paseo de aquí pa´llá y de allá pa´cá (life is a boomerang, you know). Música ad-hoc, vodka cranberry & cervezas, amigos que regresan momentáneamente a la city, reuniones marcadas por la casualidad, taxis especiales para llegar a casa. A big resaca.
Una entrevista con Guaycura Sounds en el radio show y la promesa de tocar como su DJ. Ir rápido al Café Revolver para no perderse ni a El Niño Helado y ese experimento sónico mitad jam mitad esquizo show que protagonizaron Walter Schmidt y Charlie Robledo. Ver de nuevo a Ula lume, saludar al contingente electrónico (sólo faltaron los Nortec) y el In crowd artsy tijuanero. Otras fiestas, un DDS convertido en bastión de la nueva hornada de trolos renegados y una Laurita asustada/friquiada cuando escuchamos a "El ratón vaquero" en la rockola. Ahh, ya no sé que drogas está usando está generación. Cue de salida, si´ñor.
El personal habla de nuevos lugares, de una galería muy moderna y de un lugar consagrado a la cultura hip hop; de fiestas futuras y de espacios que se convierten en otra cosa. Demasiado rápido. Lo único que quiero es beber tranquilo mi café y levantarme temprano para escuchar el chart inglés en la radio.
Luego, el ensueño, quedarse en casa siempre es la última opción. Pero, a veces, es inevitable.

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