28 de septiembre de 2007

juevebes

repasando

De una lectura poética a una reunión de trabajo.
De un sitio al que nunca habría ido (ni lo habría pensado en años) a caer en lo habitual (de estos últimos años).
De los nuevos amigos a los compañeros de viajes que siempre están ahí para continuar el peregrinaje.
De (re)conocer que nada se pierde, que la posibilidad de descubrir al otro está ahí mismo enfrente de nosotros (la clica, un estatus social confuso, el sentido de pertenencia, lo transgresor).
De las pláticas sobre cultura y crítica artística a un acercamiento casi en close-up de la violencia que nos aqueja.
De cerrar tratos y aceptar que uno no sabe decir que no (hay que trabajar en ello, pues).
De hablar de ética personal a observar live & direct como se usan los privilegios (esos tejes y manejes).
De ver como todo si es relativo y lo que importaba ya no es tanto (hay demasiada hipocresía en los fundamentos, en los principios, en los valores que presumimos enarbolar).
De decir las cosas y ver de frente a nuestros amigos, compartir con ellos momentos como estos, cómplices en la euforia y en los frutos que sabemos ésta dará.
Del regreso a viejas formas (la sorpresa, el recibimiento, los obsequios, el cariño) y el pensar que todo va tan de prisa que no hay tiempo de parar y reflexionar porque uno se puede caer y estropear todo.
De saber que, a pesar de todo, todavía a las 5am estamos viviendo los good times.

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