Asumo que voy tarde al trabajo (perdí minutos preciosos buscando un recibo de honorarios). El taxista va escuchando una estación cristiana y su reloj digital marca las 8:22 (aún no salgo de Playas).
Al bajarme, camino apresurado al otro sitio de taxis (o más bien, resignado a llegar una hora tarde). El taxista va escuchando a la Chula y el Chon, el reloj marca las 8:42am. Ummm, empiezo a sospechar que la vida es, como dicen, un videojuego en manos de Dios.
Llego a mi trabajo, nadie escucha nada y el reloj marca las 8:03 am (estoy dentro del margen de retraso permitido y aún así siento que una vez más compruebo que el tiempo es relativo).
Time is, sometimes, nothing.
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