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Arrebato literario. Relatos para acompañar con música
Giallo libros, 2007

Me gustan los arrebatos que sugieren cierto descaro y mala leche, una extraña familiaridad con lo no habitual, el arrojo salvajón a nuevas experiencias o el reciclaje consciente de nuestros deseos en posturas de cara bien plantada. Un arrebato, en singular, tiende a potencializar lo cotidiano subrayándolo ante la indiferencia de los que ya pasan de todo; mira de reojo y con el desprecio de lo que se sabe más intenso a eso que llaman «el canon». Autárquico y apasionado, el arrebato conlleva un peculiar atractivo que engancha a quien tiene que creer/caer en él.
Y caímos.
Pues sí, el chat y el blog y el mail y las diatribas y los rants y demás formas de narrar la experiencia de hoy (lo que sea, la que sea) dicen «presente» en esta suerte de presentación de la Clase 2007 (escritores under, periodistas encubiertos, neófitos en este asuntos literarios y etc.). En Arrebato literario. Relatos para acompañar con música encontramos cuentos con un filón kinky, ángulos frontales y enfoques que sacudirán alguna fibra sensible. Textos ingenuos, que rayan en lo naif o que hacen burla a los guardianes de un status social difuso pero diferenciador como los beats que escuchamos en nuestro club favorito. Escritos sudorosos, con gente a punto de entrar en trance ante la oportunidad de anotar, que se pierde/se busca en logias o que intercambia un blow job por un ride al cine de sus sueños, entre otras cosas.
Sobresalen estos arrebatos: Gente bien de Roy Alvarado por su humor tan unPC que envuelve esa sátira desde el mismísimo epicentro de lo gaybien: Carpeta de Cuba de Alejandra Maldonado por esa elocuencia visual al contarnos sin cortapisas ni falsa moralina una realidad que tenemos justo enfrente de nosotros; Pop Cum de Carlos Celis Estrada, una muestra prófuga del encorsetamiento de la queer narrative en clave melodramática o cómo el pop se viene a borbotones; Hotel Emporio de Jesús Pacheco, que reaviva entre espejos y la estética sadomasoquista, la idea del ménage à trois con un final para friquear.
Es esta una colección cosmopolita –varios relatos se situan en L.A., Tel Aviv, Cuba- y con mucho beat sugerido en las páginas finales para acompañar su lectura, llena de personajes que viajan a lugares distantes y tienen experiencias que a otra gente le cambiarían la vida. Sin embargo, cosas de la mexican middle class, al mismo tiempo estos personajes -o los autores, camuflageados en ellos- viven tan centrados en un individualismo que aún no ha resuelto sus necesidades más básicas cayendo víctimas de problemas tan triviales como poderosos en la sociedad post moralista: el desamor, la idealización de las relaciones y la dependencia al otro.
Un arrebato, pues.

info y ventas: giallo libros (ms site, ahí puedes el video de algunos de los participantes leyendo su relato)